Decía el fotógrafo y fotoperiodista Alfred Eisenstaedt, que lo más importante no es la cámara, sino el ojo. Y los de Trino Garriga son únicos. Por algo lleva casi setenta años dedicándose a inmortalizar cualquier momento, adaptándose al escenario y a los protagonistas, en diferentes etapas y momentos históricos.
Como el mismo declaró, en una entrevista realizada hace unos años, “un reportero gráfico debe ser un todoterreno con el instinto y los contactos necesarios para cazar exclusivas, y capacidad para resolver todas las situaciones informativas, desde la elección de una reina de belleza hasta un secuestro, un paisaje o un combate de boxeo”.
Y Trino Garriga lo es. Así, entre su colección de fotos podemos encontrar desde una foto del que fuera presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, otra del príncipe Carlos de Inglaterra montando a caballo en Caracas, otras muchas de jefes de estado y personas relevantes de la política, figuras del deporte como la gimnasta Nadia Comaneci, pero también personas anónimas que ilustran quehaceres diarios o sucesos como el secuestro en la Arepera Bolívar.
Polifacético, curioso y siempre dispuesto a mostrarnos con sus imágenes el paso del tiempo, Trino ha sido testigo de episodios tan importantes y significativos como el golpe de estado a Pérez Jiménez en Venezuela o las riadas que azotaron a nuestra ciudad en marzo de 2002.
Sus obras han sido publicadas en diversos medios de comunicación, tanto dentro como fuera de nuestro país, pues con 23 años emigró a Venezuela y trabajó para los periódicos Últimas Noticias o El Mundo, y aquí colaboró con Canarias 7, Jornada, La Tarde e incluso con esta misma casa. Revistas como Canarias Ilustrada y Canarias Gráfica también quisieron contar con su maestría, de la que una pequeña muestra puede verse en los libros “Entre dos orillas”, publicado en 1997, y “Trino Garriga, imágenes de una vida”, en 2006.
Vendedor ambulante, una fotografía que hizo cuando apenas tenía 13 años, fue el comienzo de una gran carrera profesional y una vida dedicada a lo que le apasiona. Una trayectoria reconocida con múltiples premios y distinciones como la Orden al Mérito de la Emigración, premio a la mejor Foto de prensa del año, del Gobierno de Canarias, Premio Nacional de Fotografía Deportiva de Venezuela, o el Premio Canarias de Comunicación otorgado en 2001.
Tras su jubilación “forzosa” como dice él, el pasado martes se inauguró en el Parlamento de Canarias su exposición Gráficas de una vida parlamentaria. Un acto que tal y como expresó nuestra presidenta, Carolina Darias, sirvió para agradecer el trabajo y la dedicación que desde 1987 viene haciendo en la casa de todos los canarios, y por méritos la suya propia.
Les recomiendo que vayan a verla. Encontrarán 19 obras de arte que recogen momentos significativos como encuentros entre presidentes salientes y entrantes de nuestro Parlamento, como Pedro Guerra y Victoriano Ríos, pero también del Gobierno de Canarias, como Román Rodríguez y Adán Martín. Miembros del Gobierno autonómico presidido por Fernando Fernández, el recibimiento del entonces presidente de esta Cámara, Bravo de Laguna a la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, o a nuestra presidenta actual y primera mujer en ocupar este cargo, Carolina Darias, frente al retrato de sus cinco antecesores.
Actividad cotidiana como una Comisión de Cabildos, momentos de portavoces en el Pleno o la actual Mesa de la Cámara son otras de las instantáneas que recoge esta exposición, que también se acuerda de la primera mujer diputada y consejera de Turismo, María Dolores Palliser Díaz.
Yo también tengo el honor de que los ojos de Trino de Garriga me miraran con la naturalidad y cercanía que poseen todas sus fotografías. Desde esta tribuna quiero darle mi más sincera enhorabuena y reconocer también el buen hacer y la profesionalidad de alguien que ha sido un diputado más en la sombra.
Esta exposición, que estará abierta hasta el 30 de abril, no es las gráficas de una vida parlamentaria, sino también de la suya. Y tiene un nombre propio: Trino Garriga.
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