El pasado 16 de septiembre de 2020, una mujer, Úrsula von der Leyen protagonizaba su primer debate del Estado de la Unión Europea, el décimo desde que en 2010 se decidiese introducir el artículo 223, que es su raíz jurídica, en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
El control democrático de la Comisión cada septiembre ante los representantes del Parlamento Europeo es una oportunidad de reactivar la empatía europea y de dar a los proyectos el impulso del respaldo ciudadano. Es oportuno reconocer nuevamente el esfuerzo del Consejo Canario del Movimiento Europeo en este proceso, que nos permite conocer mejor la institución que nos representa en el escenario global.
La presidenta de la Comisión nos invitó a sacar vitalidad ante la fragilidad que nos rodea. Una Europa con luces y sombras en la que Canarias, nuestra tierra, tiene demasiados asuntos importantes pendientes, inmersos en una crisis sanitaria que se resiste a marchar y una recesión que cada día se siente más.
El debate coincide con la presidencia de la también alemana Ángela Merkel, cuando el Banco Central Europeo lo preside otra mujer, la francesa Chistine Legarde. Dicen que las mujeres somos más dadas a hacer más cosas al mismo tiempo y nunca mejor porque en la gravísima recesión que atravesamos, tirando ya de crédito común europeo, también por primera vez, debemos multiplicar esfuerzos para llegar a la multiplicación de necesidades en todos los rincones del continente y su ultraperiferia.
Triste sería que con el mayor presupuesto de la historia aprobado en julio para la Europa de 2021 a 2017 a Canarias nos llegara menos. Sobran problemas y falta dinero: Más que nunca aquí y ahí hace falta unidad de acción para hacer más con menos.
2020 es un año que recordaremos toda la vida. Entramos en el otoño con la
emergencia sanitaria todavía sin controlar y con los estragos de las repercusiones económicas. Las consecuencias son devastadoras en Canarias debido a nuestra dependencia casi exclusiva del transporte marítimo y aéreo que sigue excepcionalmente suspendido, pendiente de la evolución de la pandemia.
Ni Canarias, ni España, ni Europa podemos permitirnos otro confinamiento duro y no queda otra que confiar en la responsabilidad de las personas a través de las distancias, la higiene, las mascarillas, y que terminen de llegar estos test masivos que nos permitan reactivar progresivamente el transporte, la actividad económica y el turismo.
La Comisión Europea mantiene un lema que yo considero crucial: “Europe must lead the transition to a healthy planet and the new digital world”. Dicho en canario, aquí en Bruselas quieren que nos pongamos las pilas para recuperar el empleo y que luchemos por un Planeta Saludable, y que nos aceleremos en el Mundo Digital.
Ya el 26 de mayo la Comisión había presentado un Plan de recuperación para Europa que supuso la puesta en marcha de medidas de flexibilización del presupuesto para aprovechar al máximo el dinero europeo en los proyectos relacionados con la lucha contra la pandemia, acelerar investigación de vacunas con todas las garantías y
medidas de seguridad.
Precisamente a esto me dedico ahora, a acelerar la innovación para fortalecer el empleo saludable y la gran revolución verde, azul y digital que nos haga menos dependientes, más autosuficientes, más eficientes y competitivos. Se trata de fortalecer nuestra resistencia y disminuir nuestra vulnerabilidad; mayor autosuficiencia, menor dependencia exterior, que produzcamos más de lo que importamos, que usemos más energías limpias y le pongamos cabeza al consumo.
Es bueno recordar también el acontecimiento que supuso el acuerdo para la
recuperación que los líderes de la UE (Multiannual financial framework MFF 2021-2027) lograron el pasado 21 de julio en el Consejo Europeo por el que habrá 750.000 millones de euros para ayudar a los países y sectores más afectados, de los que 390.000 millones serán en forma de aportaciones directas.
El 1 de julio Alemania asumió la presidencia del Consejo de la UE con un lema muy apropiado, “Juntos por la recuperación de Europa”, concretamente en 6 ámbitos: superar la devastadora crisis del coronavirus para lograr la recuperación económica y social; lograr una Europa más fuerte e innovadora, justa y sostenible; un espacio seguro y con valores comunes, y por fin, una Europa fuerte en el mundo.
Tenemos presidencia alemana hasta el 31 de diciembre de 2020 en el que todavía sigue en el aire el futuro de las relaciones del Reino Unido con la Unión, un asunto preocupante en el que nuestro archipiélago tanto se juega.
Cristina Tavío