Nadie puede negar que últimamente van llegando buenas noticias para Canarias, también para nuestra agricultura y ganadería. Y si bien no debemos recitar un canto al triunfalismo, todo lo que sean mejoras para nuestro campo y para nuestro sector primario siempre serán bienvenidas.

Además, destacando estos buenos datos también inyectamos un poco de ánimo y esperanza a quienes se dedican a una profesión, que como ellos mismos nos repiten, siempre está en crisis: los agricultores y ganaderos.

Primero porque ya son muchos los que me llaman o me escriben para confirmarme que el Gobierno de Canarias está pagando las ayudas pendientes que solicitaron en 2014. Tres años después aquellos que resistieron en el campo están recibiendo lo que les pertenecía, aunque sé que otros muchos se quedaron por el camino.

De ahí que quiera destacar una idea que siempre repito. No es muy nacionalista ni mucho menos estratégico mirar a Bruselas o a Madrid y esperar por sus subvenciones para mimar a nuestro campo. Y, ojo, que nadie se lleve a engaños. Defendemos, y así lo hemos demostrado, que estas ayudas sigan viniendo, pero no puede ser la única actuación de ningún gobierno.

Es más, no podemos minusvalorar los fondos agrarios y pesqueros que vienen de la Unión Europea y que suponen para nuestra tierra 2.250 millones en el periodo 2014-2020, lo que se traduce en que percibimos prácticamente la mitad del total previsto para todas regiones europeas, con 268 millones de euros al año.

A esto debemos añadir los 10 millones de euros fijados en los Presupuestos Generales del Estado de apoyo a la producción agrícola en el marco del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad, Posei. Una partida con carácter finalista donde el Gobierno de España cumple con el sector primario de las Islas.

Tampoco podemos olvidarnos de resaltar el nuevo REF económico, que pretende garantizar la competitividad de los sectores agrícolas y ganaderos con medidas como el compromiso a garantizar entre el 50 y el 75 por ciento de la financiación adicional del Posei, como ya hemos visto; o el apoyo a la creación de un Centro Internacional de Tecnologías Agrarias destinado a favorecer las relaciones económicas con Europa y los países de África Occidental y América Latina.

Y qué decir del agua. Es bueno recordar que en los presupuestos de Canarias los recursos hidráulicos aumentaron en 21,6 millones, de los cuales prácticamente 20 millones provenían del Ministerio de Medio Ambiente.

Tampoco sería justo dejar de mencionar los acuerdos entre Nueva Canarias y el Gobierno del Estado, que fijan el compromiso con nuestra agricultura revisando aspectos del Posei o el apoyo al tomate canario de exportación, adelantando y concretando los acuerdos del nuevo REF.

Estos son sólo algunos ejemplos del compromiso del Gobierno de España con nuestro sector primario. Recordamos aquellos tiempos de las duras reformas, que algunos llamaban recortes con la intención de señalarnos como malos e insensibles, aquellos apretones de cinturones en todas las Administraciones y que hoy han dado sus frutos y nos permiten cumplir con Canarias.

No me puedo olvidar de otra buena noticia que se ha aprobado esta misma semana en el Parlamento de Canarias: la Ley del Suelo. Una necesidad para el sector primario y también una demanda histórica, aunque algunos grupos políticos no lo entiendan.

Hablamos de trabajadores del campo que se han encontrado con múltiples obstáculos para acceder a las ayudas europeas, por ejemplo. Y es que, pese a reunir con todas las condiciones para solicitarlas, los informes técnicos no les eran favorables. No podemos olvidar que en Canarias existen todavía setecientas explotaciones ganaderas alegales que tampoco pueden acceder a estas subvenciones.

Por eso, vemos la oportunidad en esta ley. Confío en que estas buenas noticias sirvan para dar seguridad jurídica y oportunidad de futuro a quienes trabajan en nuestro campo, porque, además de ser jardineros de nuestro paisaje, nos dan de comer sus mejores y más frescos productos de la tierra.