Si hay un territorio profundamente europeísta, ese es Canarias. Basta con recordar las numerosas relaciones comerciales que hemos tenido con Europa y el hecho de que nuestra historia tenga profundas raíces europeas. Y es que mucho antes de que ilustres visitantes como Agatha Christie, Humboldt o los mismísimos Beatles fueran la antesala de nuestro actual desarrollo turístico, nuestro sector agrario y pesquero, como también nuestra industria agroalimentaria, ya nos habían situado en el mapa.

Obras como “The Merry Wives of Windsor” o “Henry IV” de Shakespeare hacen referencias a nuestros vinos, y el corazón financiero de Londres lleva el nombre de Canary Wharf, lugar en el que se asentaba un importante muelle construido para dar cabida a nuestras importaciones, como la caña de azúcar, el vino, la cochinilla, el tomate, el plátano y la papa.

Desde que Canarias fue poblada y se incorporó a la Corona de Castilla, nuestros mejores clientes fueron siempre los ingleses: en el siglo XVI con el azúcar, y en el XVII con el vino. Ya lo dijo hace unos años el que fuera presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Javier Sánchez-Simón, durante un homenaje a la colonia británica presente en nuestras islas: si Colón pasó por nuestro puerto, y León y Castillo lo construyó, quienes lo usaron fueron los ingleses.

De hecho, existe una anécdota en torno al viaje que Alfonso XIII hizo a las Islas en el año 1906, acompañado por el ministro de Gobernación, el conde de Romanones. Tras ser recibido por la colonia inglesa y en un acto con el que era alcalde Ambrosio Hurtado de Mendoza, en el Hotel de Santa Catalina, aseguró sorprendido que no entendía cómo Canarias se hubiera mantenido siendo española a pesar del peso económico que tenían las familias británicas.

Nadie puede dudar, y así lo ponen de manifiesto numerosos estudios, que las relaciones entre Canarias y Reino Unido a lo largo de la historia han contribuido al desarrollo económico, social y cultural de nuestra tierra.

De ahí que haya solicitado la comparecencia del Consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento, Pedro Ortega, en la Comisión de Asuntos Europeos y Acción Exterior del Parlamento de Canarias para departir sobre las consecuencias que tendrá la salida del Reino Unido de la Unión Europea en Canarias y el impacto que esta realidad pueda tener en la economía de nuestra tierra.

El Gobierno de Canarias debe continuar trabajando para conseguir que el “brexit” sea una oportunidad para nuestro Archipiélago y debemos ir preparando un documento que pueda servir de guía al Gobierno de España durante el proceso de desconexión y ante la negociación de temas vitales para nuestra Comunidad, como son el turismo, el comercio exterior, el mercado laboral o inmobiliario, la inversión extranjera o nuestras exportaciones.

Propuse al consejero, entre otras cuestiones, estudiar la posibilidad de un convenio de colaboración con el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) para implantar una oficina en el Canary Wharf. Una oficina que no esté al servicio del Gobierno, sino al servicio de las relaciones comerciales entre Canarias y Reino Unido. Nuestra tierra cuenta con enormes ventajas a la hora de invertir, gracias a los beneficios derivados del Régimen Económico y Fiscal (REF) y de las oportunidades que ofrece la Zona Especial Canaria (ZEC), además de la inigualable situación geoestratégica del Archipiélago dentro de Europa, que puede ser un atractivo para atraer inversiones inglesas.

Canarias ni debe quedarse al margen ni detrás. Nuestra historia de siglos justifica que debamos hacer valer un tratamiento especial, pues un tercio de nuestro PIB actual podría tener bandera de Reino Unido. Me alegro que asimismo se haya pronunciado el embajador británico en España, sir Simon Manley, que nos transmitió, durante su visita esta semana, que ellos también quieren seguir cerca de Canarias y de España.

Debemos estar preparados para todos los supuestos. En todo caso, elecciones mediante, yo espero que Reino Unido siga muy cerca de Europa, pues son muchos los retos que debemos afrontar juntos.