Las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de las Nieves en La Palma son uno de los acontecimientos más señalados en el calendario para todos los canarios. Cada cinco años, la merecidamente conocida como Isla Bonita, sin perder ni un ápice de su habitual calma y tranquilidad, cuadruplica su población durante unas semanas, acogiendo a turistas y curiosos, pero muy especialmente a miles de palmeros residentes en otros puntos del planeta.

Con ellos nos mezclamos quienes, como la que firma estas líneas, sentimos verdadera fascinación por las tradiciones de una tierra acogedora como pocas. Tuve el honor de participar en tan señaladas fiestas en mi condición de vicepresidenta del Parlamento de Canarias, aunque también hubo tiempo para disfrutar de los encantos, la gastronomía y las gentes de La Palma.

Quiero resaltar muy especialmente el Carro Alegórico y Triunfal de esta edición, verdaderamente innovador, una cita con la bellísima partitura del recordado Luis Cobiella Cuevas, que es de los escasos que siguen representándose en España después de 300 años, y el Diálogo entre el Castillo y la Nave, emocionante antesala de la Procesión de Entrada de la Patrona al casco de Santa Cruz de La Palma, donde permanecerá hasta que el próximo 5 de agosto retorne a su santuario. Dos eventos que, más que nunca, dieron relevancia a la mujer, que por vez primera ponía voz a la Nave o interpretaba a la Mentira en el Carro Alegórico.

Pero, sin desmerecer ningún otro acto, si hay un momento especial en la Bajada es la Danza de los Enanos, una jornada en que prácticamente toda Santa Cruz de La Palma se echa a la calle hasta bien entrado el día siguiente, para contemplar la conversión de 24 muchachos en diminutos hombrecillos vestidos al estilo francés del siglo XVIII, que bailan y cantan su inconfundible tonada en honor a la Madre de todos los palmeros.

Los Enanos este año han sido, y es una apreciación en la que han coincidido muchos palmeros conocedores de la tradición, los mejores de la Historia, y no solo por la reivindicativa indumentaria y la letra del “Somos lo que aparentamos, pobres de solemnidad”, sino porque han afrontado más horas de baile y funciones que nunca. Su entrega por las calles, rompiendo filas, subiendo escaleras y protagonizando miles de “selfies”, marca un antes y un después en las Lustrales.

Es por ello especialmente significativo que la Bajada de 2015, en la que la mujer ha tenido tanta presencia, se haya teñido de luto con la trágica muerte de Laura González a manos de su expareja, en plena calle Real, en el corazón de Santa Cruz de La Palma, pocas horas después de ser testigo y escenario de la alegría y la ilusión que dejan los Enanos a su paso.

Triste es que en medio del triunfo rotundo de los peculiares bailarines por un casco histórico repleto de gente, oxígeno para todas las tiendas y restaurantes, en un ambiente de sana diversión, los periódicos e informativos no pudieran resaltar más que un nuevo y singularmente desagradable episodio de violencia de género. Dos familias marcadas, la del agresor y la víctima, y toda una isla conmovida en unas fechas que no merecían este dolor.

El recuerdo de Laura ha seguido muy presente durante el resto de la Bajada. En cada rincón de la capital se respiraba el dolor y la más unánime de las repulsas ante un suceso que entristeció a todos los canarios, y permanecerá imborrable en la mente de quienes lo vivimos en primera persona. De alguna manera, todos hacemos nuestras las palabras de la familia de su expareja, quienes dirigieron a la fallecida una emotiva carta expresando su pesar y condena: “No hay lágrimas ni papel que refleje lo que estamos sufriendo y lo que en estos momentos sentimos”.

En el marco de todos los acuerdos suscritos en este sentido, expresamos nuestra tolerancia cero hacia brutales atentados como este y nuestro rechazo sin paliativos a toda forma de violencia contra las mujeres, con el pleno compromiso de seguir profundizando en cuantas medidas sean necesarias para su erradicación, tanto en el seno de la sociedad española y canaria, como en el ámbito de la comunidad internacional.

Sucesos como este nos recuerdan la importancia de incrementar la inversión en educación y el fomento de valores, porque la violencia contra las mujeres sigue constituyendo un mal a erradicar, que afecta gravemente a toda la humanidad y constituye un atentado contra la dignidad personal, la integridad y los derechos fundamentales de quienes la sufren.

La sociedad no puede detenerse hasta no ponerle fin, y reclamo la implicación de todos en la prevención precoz y la ayuda a identificar casos potenciales entre la juventud y la población adolescente, o en grupos más vulnerables como las mujeres con algún tipo de discapacidad, mayores, inmigrantes o en el medio rural.

Nuestra Señora de las Nieves aún permanecerá algunos días en la iglesia del Salvador de Santa Cruz de La Palma, donde afortunadamente ha sido testigo de otras noticias mucho más gratas, como el anuncio de la instalación de la más importante red de telescopios Cherenkov para detección de rayos gamma en el observatorio del Roque de los Muchachos. Una veintena de nuevos telescopios vuelven a situar al nítido cielo palmero en un lugar de privilegio mundial para la observación de las estrellas y, quién sabe, si nuevas formas de vida.

Me viene a la mente la letra de una canción de hace algunos años que comparto con ustedes a modo de breve despedida y cariñoso recuerdo hacia los familiares de Laura:

La vida es un libro que tienes que leer, / la vida es una historia que tienes que contar, / la vida es una canción y tienes que cantarla; / tienes que saber cómo vivirla.