Quiero que nos animemos todos a descubrir con urgencia la mejor era post corona virus, con mucha serenidad, sosiego y concordia. Deseo compartir mi creencia de que lo conseguiremos y que será más fácil sabiendo que seremos capaces. Quiero que nos inspiremos en positivo, con mucho humor y con toda la ironía que quieran. Todos sabemos por alguna experiencia que durante las tragedias no cabe mirar atrás, no cabe el odio, ni los re sentimientos y sabemos que tendremos que ayudarnos, consolarnos y estar preparados para turnarnos. Habrá ocupaciones para todos porque no sobra nadie, ni podemos dejar a nadie atrás. Habrá muchas etapas que superar con equilibrio, proporcionalidad y repito, con toda la actitud que podamos. Habrá que empezar por felicitarnos todos por una cuarentena ejemplar en la que las excepciones han sido anécdotas. Mis aplausos en el balcón son y serán siempre para la sociedad española que más acostumbrada a aperitivos, cañas y parrandas hemos sabido estar a la altura. Pasar a la siguiente etapa es tan elemental como urgente si queremos que la crisis económica no llegue para quedarse. Lo sabemos, urge empezar a asumir un desconfinamiento gradual y ordenado con la misma responsabilidad o si cabe mucha más. Quiero contar mi experiencia porque puede ilustrar una salida de casa con la misma la misma prudencia, con el mismo aislamiento, cuidado y limpieza que cuando hemos estado en casa. La regla general debe seguir siendo el aislamiento y me preocupa que éste mensaje no llegue a todo el mundo. Poder salir no significa que todo haya acabado, al contrario los riesgos de recaídas son todavía muy alarmantes. Nos recomendarán seguir guardando las distancias, a seguir cuidando la higiene y nos aconsejaran usar responsablemente mascarilla. Seremos cada uno, yo, tu, él o ella, los que ahora con recomendaciones conseguiremos seguir aislando al virus porque ahora el objetivo es seguir con el mismo aislamiento pero ahora trabajando, para ganar también la batalla a una pobreza que viene con fuerza y a la que tenemos que saber plantar cara. Mientras llegan las vacunas o los test generalizados, vamos a estar a la altura, vamos a saber seguir cada uno en nuestro puesto asumiendo los sacrificios que nos toque en cada momento, sin quejarnos y asumiendo que habrá gente peor o que muchos ya ni están.
Hace semanas que también estoy recluida, que estoy aislada en mi casa como casi medio mundo y quiero transmitir lo que vivo a diario porque creo que puede ayudar a llevar mejor la siguiente fase que urge afrontar con la misma prudencia, paciencia y responsabilidad que la sociedad española venimos demostrando en estos 40 días. Yo estoy confinada en Bélgica y desde la misma fecha. Quiero dejar muy claro que estas reflexiones no pretenden ser ningún alegato político, dejé la política hace un año y aprendí muy bien que las crisis no son tiempos para mítines. Mi reflexión es muy simple, estamos en medio de muchas crisis inéditas y simultáneas que estamos superando con sacrificio y seguir sacrificándonos es el camino, ya andado, para superarlas todas. Ya hemos superado más de 4 semanas encerrados y traumatizados por las muertes y además con la angustia de pensar que hay demasiadas familias sin ingresos, ni espectativas de tenerlos en algún tiempo. La sociedad canaria y la española es grande y sabe sacrificarse cuando aprieta la escasez y en ésta austeridad en la que se criaron nuestras abuelas, es de la que tenemos que coger notas para reinventarnos en un mundo nuevo. Les decía que quería que mi experiencia les sirviera y que es simple, se puede salir de casa pero con la misma responsabilidad. Nuestra vida en los próximos largos meses va a seguir siendo no a la española sino a la japonesa, sin cañas fuera de casa y solo con parrandas virtuales o de balcón. Todos tenemos que intentar trabajar, estudiar y esforzarnos aunque el ánimo no nos acompañe. Si tu actividad económica no ha comenzado busca alguna manera de ser útil, de sentirte bien y con ganas. Como todos habrán oído en las noticias, no todos los países han dado las mismas instrucciones durante esta crisis mundial, precisamente, donde yo estoy, el Gobierno ha decretado confinamiento y recomendado desde el principio paseos al aire libre sin frivolidad. El resultado que estoy viviendo es que la población ha seguido recluida a pesar de que ha estado permitido salir. Les decía que es simple y por eso se que lo lograremos, se llama responsabilidad y la sociedad canaria y española ha demostrado que sabe tenerla. Soy de las que pienso que nuestra sociedad hubiera respondido de la misma manera sin represión pero eso ni toca, ni quería hablar. En esa actitud Zen fundamental para la recuperación que quiero contagiar, toca seguir inseparables de prudencia y seguir exigiendo test masivos ya, pues sin ellos estamos peligrosamente a ciegas contra el mismo virus letal. Reitero mi orgullo por la paciencia de la sociedad española ante la complejidad y me atrevo a seguir recomendando no separarnos de nuestra ya conocida prudencia. Que siga inseparable en este fase de aislamiento en la calle y repito con animo ser pesada, seguimos en una peligrosa fase de contención, hay un gran riesgo de volver a lo peor, depende de ti y de mi y de nuestra nueva amiga prudencia, la que vino a avisarnos de que de la conducta de cada uno de nosotros depende el futuro de todos. Enhorabuena a todos porque lo vamos a conseguir. Y no quiero despedirme sin unirme al dolor de los que han perdido a alguien y decirles que solo a ellos les está permitido, y hasta recomendado quejarse, llorar y compartir su dolor.
*Cristina Tavío Ascanio. Doctoranda en Derecho Internacional y Consultora UE.