“Una cosa es predicar y otra dar trigo” o “en todos sitios se cuecen habas” son dos refranes que me sirven como introducción para el tema del que les quiero hablar hoy, en la línea del último artículo que escribí también en este periódico hace dos semanas: el uso de las redes sociales.
Me refiero a la viñeta que el consejero de Podemos del Cabildo de Lanzarote, Carlos Meca, publicó en su propio medio digital, El Agitador, manipulando el cartel de la película de Manuel Gómez Pereira titulada “Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo”.
En dicho fotomontaje, quien también es secretario general de Podemos en la isla, utiliza las caras tanto de mi compañera y diputada Astrid Pérez como del presidente del Cabildo lanzaroteño, Pedro San Ginés, como mero instrumento para hacer campaña sucia contra dirigentes de otros partidos políticos sin el más mínimo respeto a su integridad personal.
El propio consejero se justifica amparándose en la libertad de expresión, pero se olvida que si antes sus sátiras no tenían esta repercusión mediática era porque no ostentaba cargo público. Debería ser consecuente, máxime cuando es su propio partido el que va dando lecciones de moralidad y exigiendo a los demás ser ejemplo de honestidad y conducta.
De hecho, no quisiera recordarle que fue su propio grupo parlamentario quien hace un año presentó una proposición no de ley solicitando que no se utilizara el cuerpo de la mujer como reclamo publicitario en eventos deportivos, y pidió al Gobierno de Canarias que no subvencionara actividades que realizara esta práctica sexista y discriminatoria.
Es más, su propia compañera de Lanzarote, la diputada María del Río, argumentaba en su presentación que este tipo de actos “cosifican a las mujeres como meros objetos sexuales reduciéndolas a la categoría de adorno”. Las mismas palabras me valdrían para referirme a esta viñeta.
Como suele ser habitual en la vara de medir de Podemos, primero nos acusaron de oportunismo político cuando solicitamos la dimisión de su consejero. Porque también lo recoge nuestro refranero: es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Pero tras las manifestaciones públicas y condenas de otros partidos, como Coalición Canaria o Ciudadanos, algunas asociaciones como, por ejemplo, Tiemar, e incluso el Instituto de Igualdad de Canarias, los podemitas recularon y enviaron este caso de viñeta sexista -según sus propias palabras- a la Comisión de Garantías del partido. Supongo que ahí se quedarán, impunes, como todos los ejemplos que ya hemos visto en el seno de esta formación, donde el insulto sale tan barato.
Aun así han reconocido que la crítica política se puede hacer de otra manera, dándonos la razón en nuestras quejas, que no eran otras que poner en evidencia que es intolerable que el también portavoz de Podemos en el Cabildo de Lanzarote utilice este tipo de prácticas denigrantes y totalmente ofensivas para la dignidad personal y la imagen pública de mi compañera, como mujer y como madre, que tanto denuncian como partido político.
Lo he dicho cada vez que he tenido oportunidad de hablar sobre este asunto. En las redes sociales y en política no todo vale, independientemente de quién lo haga. No hay excusas ni justificación cuando hablamos de respeto. El mismo que yo le profeso al señor Carlos Meca sin conocerlo, aunque él parece que no lo tenga hacia sus compañeras de corporación, ni al propio Cabildo que representa, ni a sus votantes.
En estas fechas, y tal día como hoy, que celebraremos la Nochebuena, me hubiera encantado escribir de otro asunto y desearles a todos unas felices fiestas, pero entenderán que no podía dejar de condenar enérgicamente este tipo de actitudes intolerables que vulneran la imagen y los derechos de las mujeres. De las personas.
Aun así no quisiera despedirme sin transmitirles mis deseos: amor en la mirada, sinceridad en el alma, humildad en los actos y un corazón abierto en 2018 y siempre.
A todos ustedes, queridos lectores, feliz Navidad.
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