Estrenamos nuevo año. Hace 6 días que comenzamos a caminar en el 2019 y yo me reencuentro con ustedes, queridos lectores, en una fecha especial y llena de magia para los niños, pero también para los mayores, así que permítanme que utilice este espacio para escribir mi particular carta a los Reyes Magos.

Sé que Melchor, Gaspar y Baltasar ya han pasado por estas tierras pero estoy convencida de que la magia hará posible que puedan leerla y quién sabe si interceder para que se cumpla.

Este año que estrenamos será de cambio, sin duda. Básicamente porque en mayo tendremos cita con las urnas para las elecciones municipales y autonómicas. De ahí que mi mayor deseo es que hasta entonces y después los responsables de gobernarnos lo hagan con cordura, sabiduría y buscando el bien común.

Sé que suena a tópico pero no está de más pedirlo porque, a veces, se olvida que trabajamos para las personas y que las decisiones que tomamos no sólo deben tener en cuenta los números y las estadísticas sino los proyectos de vida de quiénes están detrás.

Muchos me habrán leído o escuchado decir que la mejor política social es la creación de empleo. Un puesto de trabajo es el primer paso para la tranquilidad y la supervivencia de cualquier familia. Y aunque los gobiernos no son los encargados de crearlos, sí lo son de poner en marcha políticas que den confianza para que los emprendedores y las pymes hagan su labor.

Un primer paso para lograrlo es bajar impuestos porque con ello se atrae y se fortalece la inversión. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero yo añado que también debemos aprovechar y copiar las recetas que en otras partes de nuestro país o incluso del mundo son exitosas.

En este caso les pongo el ejemplo de la Comunidad de Madrid que ha recaudado un siete por ciento más sin subir impuestos. Es más, ha hecho todo lo contrario: han rebajado el tipo mínimo del IRPF, se han ampliado las bonificaciones en Sucesiones y Donaciones y han disminuido el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.

Con todo y esto, la economía de Madrid creció en el tercer trimestre del 2018 a un ritmo del 3,8 por ciento, por encima incluso del 2,5 de la media nacional y todos los sectores productivos aumentaron sus niveles de actividad.

Es cierto que Madrid tiene menos administraciones que mantener al no contar con los Cabildos, pero nosotros tampoco debemos perderlo de vista y, por eso, es necesario reorganizarnos mejor para evitar duplicidades y triplicidades. Y esto no es tarea de los Reyes Magos sino de nuestra responsabilidad y actuación conjunta que no debemos retrasar demasiado.

La bajada de impuestos, las bonificaciones y deducciones que está aplicando con acierto la Comunidad de Madrid son medidas que tienen un bajo coste para las administraciones y que a su vez generan consumo y crecimiento y, por ende, mayor recaudación.

No me gusta mirar al pasado, pero no debemos olvidar que la mayor subida fiscal de la historia de nuestro país la llevó a cabo José Luis Rodríguez Zapatero y creo que las consecuencias la recordamos todos. Un país al borde de la quiebra, más de cinco millones de personas en paro y con una deuda pública y un déficit presupuestario vertiginoso.

Ahora nos vuelve a gobernar otro socialista, Pedro Sánchez, que junto a los comunistas de siempre vuelven a amenazarnos con asfixiarnos a impuestos para poder pagar favores. Una decisión que sólo servirá para que la economía vuelva a paralizarse.

Confío en que la mayoría del PP en el Senado y unas elecciones anticipadas lo evite, porque hasta los Reyes Magos traen menos cosas según qué política económica se aplique.

Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar: sólo pido que los que están y los que vengan lo tengan claro y recuerden que un gobierno que penaliza el ahorro e incentiva la deuda está encaminado al fracaso.